Pocos días después de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba tras 54 años de ruptura, el presidente Barack Obama le apuntó a otro de sus grandes objetivos en política exterior que hasta ahora le ha sido esquivo: el cierre de la prisión militar que tiene EE. UU. en Guantánamo.
De acuerdo con la Casa Blanca, la administración demócrata está ya en las etapas finales de un plan que permitiría ponerle punto final al polémico centro de detención de una manera “segura y responsable”.
Según John Earnest, portavoz de la Oficina Oval, el plan se daría a conocer en las próximas semanas y luego se presentaría al Congreso para que este tome una decisión final.
Aparte de eso, la Casa Blanca no dio mayores detalles sobre el plan, salvo para añadir que su clausura es un tema que compete a la seguridad nacional.
Guantánamo, no hay duda, ha sido todo un dolor de cabeza para el presidente afroamericano en los seis años que lleva en el poder.
Ya desde su campaña para las elecciones presidenciales del 2008, el hoy mandatario había prometido que el cierre de la prisión sería una de las más altas prioridades de su gobierno, e incluso apostó a su clausura durante los primeros 365 días de su mandato.
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